La dieta disociada

La dieta disociada se basa en seguir las leyes de la digestión, logrando así un equilibrio entre los ácidos y las bases en el estómago.

Esta dieta evita mezclar ciertos tipos de alimentos pero no la cantidad de los que sÍ puedes combinar, por eso la llaman la dieta de no pasar hambre. Para que le dieta disociada sea correcta, debe ser equilibrada, o sea que hay que comer de todo.

Los alimentos se dividen en 5 categorías:

Hidratos: Pan, arroz, pasta, patatas…

Proteínas: carne, pescado, huevos, lácteos, frutos secos…

Frutas: manzana, sandÍa, kiwi…

Grasas: aceite, mantequilla…

Verduras y hortalizas: tomate, lechuga, zanahoria…

Debemos comer al menos cinco veces al día, y debemos hacerlo de forma correcta; la fruta debe comerse en el almuerzo o la merienda, no la comas nunca como postre, los hidratos deberían consumirse en el desayuno.

Nunca te saltes ninguna comida, ya que de esta forma lo único que consigues es desacelerar el metabolismo.

Elimina o sustituye el azúcar por stevia o endulcorante.

No mezcles varios hidratos entre sí.

Evita los refrescos y el alcohol.

No mezcles grasas con la proteína o el huevo.

No mezcles el pan, las patatas o la pasta con la carne o el pescado.

Ejemplo de menú en una dieta disociada

DESAYUNO: Café o infusión con edulcorante y con dos rebanadas de pan.
ALMUERZO: Frutos secos.
COMIDA: Ensalada con distintas variedades de lechugas, cebolla y zanahoria. Por otro lado, podemos comer una ensalada de pasta con verduras.
MERIENDA: Fruta.
CENA: Podremos de disfrutar de dos platos. El primero siempre será una sopa o puré de verduras. Y de segundo elegiremos entre carne, pescado o huevos. Para ello dejaremos de lado los fritos para poner en marcha la plancha o la olla para hervir.